En su libro, ¨Corrientes que fluyen en la oscuridad ¨ –El Sandokai a la luz del budismo zen- Shunryu Suzuki señala el significado de mitsuni literalmente como: ¨con exactitud, sin que exista el menor espacio entre los dos¨.
Un termino que hace referencia, tanto a la relación que se establece entre maestro y discípulo, como a la práctica de shikantaza (solamente sentarse): la práctica-realización de zazen.
Zazen practicado como la vía de la no dualidad, de la no separación sujeto-objeto.
Pero, llegados a este punto, las palabras empiezan a alargarse y a ensancharse, en una habitación pequeña. Y el dedo que apunta a la luna, comienza a ocultárnosla.
Shunryu lo sabe y nos quita la palabra. Alonso, después de una sesshin, nos regala un sobrecito, lleno de ceniza a cada uno: sin logro, sin obtención.
La realidad tal cual es, no cabe en una palabra, ni en un libro. Más bien están contenidos en ella.
Y aún así, los ecos de mitsuni, son contestados por ¨el gran mantra¨: ¨Id , id, id todos juntos, a la orilla del satori¨.
Luís Alonso
