Quedarse en casa – Volver a casa… Un imperativo dado y la práctica, como
volver a casa.
Primeros días desconcertantes…
Cambio en las costumbres y percepciones…
Un día empezó a surgir una cierta cálida intimidad…
Un roce, que hasta ahora, carecía de la cercanía.
Volví a sentarme en días alternos a base de voluntad…
Sin quererlo, el cuerpo ha recordado…
El gozo de la práctica ha vuelto a germinar…
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La experiencia del confinamiento…
Muchos planes para aprovechar este tiempo…
¡Qué oportunidad!
Incluso estaba agobiado por todas las cosas que tenía que hacer…
Con la práctica sostenida todo fue asentándose entre los zazenes.
La lluvia limpia la tarde.
Atrás quedan las urgencias y deseos.
En la práctica, lo suave encuentra acomodo.
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Hace ya un mes que estamos confinados…
Nueva experiencia de vida.
Lo he llevado bastante bien…
Tengo una rutina diaria…
Ocupando mi tiempo y mi mente…
Lo he llevado bastante bien.
Tengo una rutina diaria…
A veces no lo consigo…
Limpiar sobre sobre limpio…
Cuidar las plantas…
Corte justo en las verduras…
Una vez al día, me siento en el cojín.
Enciendo la vela y el incienso.
Hago gasshô.
Es muy diferente la práctica en soledad…
Falta algo…
La Sangha….
Aceptar…
Adaptarse…
Observar.
Sangha
